2015 / 2016 - A un año del Ecocidio del 15F 2015

foto: Mariana Castillo

"Cuando el río suena ..."
Introducción

El río trajo troncos y lúbricos helechos:
la creciente mantuvo mi memoria anegada.
La inundación es gris. La niebla húmeda nada
entre ruinas y patos y lúgubres desechos.
Mundos rotos, barcazas, heridas en el pecho
del río, y un olor como a selva concentrada;
un hedor incipiente y una aguda parvada
de gritos en la cumbre del paisaje maltrecho.
Tiembla un dolor de siglos en las aguas impuras
que arrancaron raíces y carcomieron tumbas
que ahogaron yeguas, potros, jardines y espesuras.
Hay un salmo en el viento y un soplo de amargura
y donde antes fluía el licor de las rumbas
sólo queda el gemido donde el aire supura.
Efraín Bartolomé

El 15 de febrero de 2015 la ciudad de Río Ceballos junto a las localidades del cordón de
las Sierras Chicas, sufrieron una de las peores catástrofes socio-ambientales de su
historia. Una lluvia incesante de lluvias que alcanzaron entre 270 y 300
milímetros borró la marcada frontera del casco urbano con su periferia, arrastrando un
número aún incierto de vidas a su paso. Se transformó en un acontecimiento traumático,
un momento denso en nuestro tiempo reciente.
De ese acto se saben pocas cosas con certeza, salvo que los distintos estamentos del
Estado estaban sobradamente avisados del peligro. Ante la alerta, y como es
característica de la ciudad, primó la racionalidad. Una racionalidad económica -la del
lucro- que permitió el estado de los bosques y la magnitud del desarrollo urbano, es
decir, cómo se usó y ocupó la tierra.

Se evaluaron un conjunto de variables: pendiente, distancias a los ríos y arroyos,
niveles de altitud en relación al mar y la manera en que participan las subcuencas hasta
la salida de la cuenca de Río Ceballos-Saldán.
Quedaron definidas zonas de bajo y alto riesgo de inundaciones ante lluvias
persistentes. Y es exactamente en estas últimas zonas, sobre todo en los márgenes de los
ríos, donde se produjeron los mayores desastres.
Uso y abuso del suelo
Este factor ha sido señalado por muchos especialistas. Las urbanizaciones en Sierras
Chicas, tanto las antiguas como las actuales, están ubicadas en las zonas de mayor
riesgo de inundación. A esto contribuyó el desmonte de bosque nativo. Según
estimaciones del propio equipo del ISEA, en siete años se perdieron dos mil hectáreas
de bosque en esta zona.
Los mayores riesgos de inundación recaen sobre las ciudades, porque el agua tiene
pocos obstáculos en su recorrido. Y lo opuesto sucede en la zona de mayor cobertura
vegetal.
De esta forma, esta zona de las Sierras Chicas se convierte en una especie de “tobogán”
por el que se desliza el agua de las lluvias, lo que se ve potenciado por la escasa
cobertura boscosa y la gran presencia de piedras y superficie urbanizada que facilitan el
escurrimiento del agua. En las zonas de baja pendiente, ubicadas mayormente en las
ciudades, el agua tiende a estancarse.

Otra variable que aporta a una explicación integral de lo sucedido, es la altura en
relación al mar. En las zonas altas, el agua baja rápidamente por el propio efecto
gravitatorio. Y en las zonas bajas ocurre lo contrario, es más probable que se estanque.
En las Sierras Chicas, evaluadas según la altitud de su terreno, es posible ver que las
regiones más altas tienen mucho menos riesgo de inundarse que las más bajas. Los
límites de altitud en que ocurrió el fenómeno se ubicaron entre 500 msnm (Villa
Allende) y 800 msnm (Río Ceballos).
Demasiado cerca
El último aspecto que se midió es, quizás, la causa más importante de los desastres
ocurridos. Se trata de las construcciones en proximidades de las orillas de los ríos y de
los arroyos más importantes.
En ese sentido, resulta simple comprobar que la mayor densidad de urbanizaciones
sigue el camino del agua. Ante una crecida intensa como la registrada, se verificó que el
agua llegó hasta 300 metros de la margen de los cursos de agua (que fue incluso mayor
en algunos puntos específicos). El impacto del agua decrece a medida que las
urbanizaciones se alejan de los ríos.
“La excesiva urbanización, hasta incluso en orillas y dentro de cauces de arroyos y del
Río Ceballos, fue la determinante de la pérdida de vidas humanas y materiales ocurridas
el 15 de febrero de 2015”.
Según los especialistas, para impedir que esto vuelva ocurrir es indispensable impedir
las urbanizaciones en las zonas de alto y muy alto riesgo de inundación, así como
recuperar, en estas áreas, la cobertura vegetal.
“Debemos implementar un nuevo uso de la tierra planificado estratégicamente, que ya
lo contempla- aunque no nos guste-, la ley provincial 9.814 (Ley de bosques)”, “Y esto
depende del compromiso de toda la sociedad y de las acciones de gestión de las
autoridades municipales y provinciales”.

La muestra “Cuando el río suena” interroga ese acontecimiento.

Invitando a participar a toda la ciudadanía, en una muestra desde la fotográfica; donde
el proyecto consiste en convocar a cerrar las heridas aún latentes, para no olvidar, desde
otra mirada; la artística.-

En estos tiempos de tecnología al alcance de la mano, muchos hemos registrado lo
ocurrido y quizás, aún nos falte la oportunidad de cerrar y conocer lo que también le
sucedió a otras personas, ya que la solidaridad es el don de los pueblos
Evidentemente no será una muestra para la contemplación. Más allá del uso de
dispositivos clásicos del arte desde la fotografía, la neutralidad del espacio público,
tomando como referencia el Puente San José, en el Barrio Ñu Pora. La muestra se
resiste al distanciamiento y sale al cruce: una detallada infografía de los hechos y, sobre
todo, deja entrever que está realizada por muchos.
Un reclamo de participación acuciante. Una interrogación por la ciudad que
construimos más que por la que imaginamos. Y está bien que sea así, porque además
también es una manera de sanar
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Convocatoria para formar parte de la muestra:
Cuando el río suena ...
La artista visual María Castillo, invitan a toda la ciudadanía de Río Ceballos y del
Cordón de las Sierras Chicas a sumarse con la intención es generar desde las
fotografías, la reflexión a lo que sucediera el pasado 15 de febrero del 2015 para poder
sanar y no vuelva a suceder
Reglamento
1. Condiciones generales de participación:
La participación en el concurso es libre para cualquier persona sin importar su
nacionalidad o lugar de residencia, ni su edad.
Para participar se remitir por mail una fotografía calidad (300DPI), 13 x 18, junto con
sus datos personales y la ubicación de donde fue tomada.-
Al siguiente mail:
mariacastillo.arte@gmail.com
2. Tema de la convocatoria:
Las fotografías presentadas deben mostrar rincones, paisajes y detalles de la inundación
ocurrida el 15 de febrero del 2015.-
3. El plazo de admisión de fotografías finaliza el día viernes 12 de febrero de 2016 a
las 10:00 a.m. No se admitirán las fotografías recibidas con posterioridad a esa fecha.
4. Exposición.
Todas las fotos remitidas formarán parte de la muestra, no se efectuará selección, la
impresión correrá a cargo de la artista.-
La artista María Castillo se reserva el derecho a utilizar las fotografías presentadas para
crear un audiovisual que será presentado en eventos relacionados que se desarrollen en
el futuro.-
5. Autoría.
La artista maría Castillo presupone que quienes presentan las fotografías son los autores
de las mismas, por lo que no asume ninguna responsabilidad derivada de la falsificación

de la autoría de las fotos presentadas y se reserva el derecho a denunciar cualquier
fraude que pudiera existir en este sentido.
Los autores de las fotos participantes de la muestra ceden a la artista María Castillo, el
uso no comercial de las imágenes. En caso de aplicar uso para las imágenes se incluirán
los respectivos créditos del autor.
Las fotos presentadas serán exhibidas al público en general en el Puente San José de
Barrio Ñu Pora, de Río Ceballos, el lunes 15 de febrero del corriente año, a las 12:00
horas


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