"Vecina de Ñu Porá", Mariana Castillo

Cuando mi hermana me invito a participar de su intervención, al principio solo lo hice desde afuera (quizás fue una forma de negar lo que sentí ese 15 de febrero), y a medida que me iba mostrando fotos y testimonios, mis sentimientos empezaron a salir y a recordar ese día que va a marcar parte de mi historia y la historia de muchos.

Esa mañana amaneció lloviendo, había llovido toda la noche y en forma continua, era disfrutable el ruido del agua, la única que estaba inquieta era mi mama que tenia prendida la radio, mientras cocinaba y veía por la ventana la cantidad de agua que comenzaba a ver en el patio, quizás ella ya intuía algo, cuando escuchamos por la LV3 que iban a abrir las compuertas del río, nos invadió la angustia porque eso iba a traer inevitablemente la crecida del río pero nunca nos imaginamos que iba a ser de  tal magnitud. 

Llego el agua, llego el miedo y la desesperación por saber si quedarnos o salir, todo fue de golpe, decidimos salir, auto-evacuarnos y ahí surgió lo que me llevo de lo vivido LA SOLIDARIDAD primero de mis vecinos y después de toda la gente, pienso en eso y no puedo evitar emocionarme. 

En ese momento solo éramos conscientes de nuestra realidad sin saber lo que les estaba pasando a numerosos vecinos y gente de nuestra hermosa ciudad. Nunca había vivido una creciente de este tipo, nunca había visto a nuestro río tan sereno convertirse en un torbellino de agua, y el ruido estremecedor, me acuerdo la voz de mis sobrina diciéndome “tía parece el ruido de las Cataratas”.

Quedamos incomunicados, sin agua, pero con la ayuda incondicional de todos, no fue fácil volver a empezar, (mi mama juró que no iba a volver a plantar nada más en su jardín y hoy esta nuevamente bello y lleno de plantas como si nada hubiese sucedido), creo que la forma de salir fue ayudándonos unos a otros.

Pienso en las familias que sufrieron la pérdida de algún ser querido, en los que perdieron su casa, en mi Río Ceballos, en donde hoy ya no disfrutamos del ruido de la lluvia, que cuando llueve mucho dormimos inquietos.

Pero también pienso en la SOLIDARIDAD que en mi caso fue la que me ayudo a salir adelante y AGRADEZCO a todos los que de una u otra manera nos ayudaron, los que están cerca y los de lejos que con sus llamados nos hicieron saber que estaban.

Simplemente GRACIAS

                                                                                                                                         Mariana Castillo

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