"Vía Crucis 2015", Juan Martinessi
VÍA CRUCIS 2015
Extracto del guión del VIA CRUCIS realizado el año pasado por la costanera del rio y calles del barrio Ñu Porá, finalizando en la Gruta Santa Teresita. Con el fin de estar cerca del río, de caminar por donde el agua “paso” se dispuso no realizar la tradicional subida hacia el Cristo del cerro Ñu Porá.
*MIRAR LO QUE ACONTECIÓ EN NUESTRA CIUDAD Y EN TODA NUESTRA PROVINCIA DESDE LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN
Esta cruz es nuestra.
Somos nosotros quienes debemos cargar con ella... Pero, JESÚS, vos sos el único que conoce el íntimo de esta madera de la cruz. La madera fue parte de tu vida, conocías todos sus secretos.
Abrázala, Cristo. Abrázala y anda.
Nosotros vamos detrás para aprender cómo tomarla, cómo se lleva una cruz. Porque nos cuesta llevarla,...es una cruz pesada, pesada como la muerte de las personas queridas, pesada como las familias que han perdido todo en las inundaciones, hogares o pertenencias, pesada por la desolación de algunos, pesada como la que cargan los enfermos, pesada como el desamparo de algunos jóvenes, pesada como la falta de trabajo de muchos, pesada por la falta de un salario ético, pesada como los intereses políticos sobre los de los ciudadanos, sin embargo, sólo hay una cruz humanamente soportable: es esta cruz Cristo, la única que nos salva.
En la mirada del otro, me descubro humano, en la mirada del otro descubro a Cristo, a ese Cristo que hoy toma nuestra cruz para salvarnos… contemplo en el
que sufre al Cristo ante el cual «muchos quedaron horrorizados» «porque estaba tan desfigurado que su aspecto no era el de un hombre y su apariencia no era más la de un ser humano»
Jesús cae por primera vez
Cristo “cae” para que aprendamos a levantarnos de la tierra y cómo volver a tomar la Cruz.
Ante las pérdidas irreparables de lo que nos dejó la creciente, Dios no nos quiere caídos, tristes, desolados. El agua se llevó todo, personas, pertenencias, hogares, recuerdos, esfuerzos de años, paisajes…Dolor, inquietud, impotencia fueron en esos días nuestros sentimientos. Pero, más allá del desaliento, lo que no pudo llevarse es la fuerza secreta del amor solidario, de la valentía, de comunión, de apertura, de entrega a los demás. En la fuerza de este amor es como Jesús se levanta para animarnos. Él está ahí, sufriendo con nosotros, haciendo que el trago amargo del dolor sea en verdad lugar de la gracia, lugar de la Resurrección. Nosotros tampoco podemos abandonar a nuestros hermanos. Este peregrinaje de Jesús, es también el nuestro. Su cruz es nuestra cruz, su resurrección es nuestra resurrección… el dolor de nuestros vecinos, de nuestros hermanos es de dolor de Cristo, la reconstrucción de nuestro ciudad es también tarea de reconstrucción de los miembros del Cuerpo de Cristo…
Dios no ha enviado ninguna catástrofe a nuestro sierras, en estos momentos Él levanta a Río Ceballos por medio de nuestras manos, Él nos sostiene en el madero de la cruz y en el esfuerzo de cada uno de nosotros.
Esta caída nos debe alentar a ponernos de pié.... a que nos sostengamos fuerte y que sigamos avanzando. Levantarse, cargar la Cruz, seguir adelante....Ese es el gesto de Cristo, y el de todos los cristianos.
Jesús encuentra a María
Que difícil tratar uno de levantarse cuando esta tan derribado y cansado, no se trata de un simple esfuerzo físico, se necesita un punto de apoyo moral y humano.
Los ojos de Jesús buscaron los de su madre y se clavaron en ellos. En él se expresa la fuerza invencible del amor materno, que supera todo obstáculo y sabe abrir caminos. Imposible ponerse de pie si nos faltaran unos ojos donde se agarren seguros y firmes los nuestros.
En María están presentes todas las familias de Rio Ceballos. Y ante las situaciones adversas por las que nos toca pasar que nuestros ojos se aferren a ella. Es la que sostiene, acompaña y nos alienta a seguir la marcha. Es la fuente de toda fraternidad y paz.
Que nuestra familia chica, grande, sea como María, silencio y escucha, cercana, callada, solícita, la que está ahí, donde hace falta.
Simón de Cirene ayuda a Jesús
La Cruz es algo inevitable, algo que encontraremos en cualquier camino de nuestra vida.... A Simón le obligaron a llevarla. Agarró el madero con fastidio. Sin embargo, poco a poco -No sabía por qué -su mano comenzó a acariciar, a apretar aquel madero. Aquel madero tenía algo....Hubo un momento, en un esfuerzo, en que la mano de Jesús, al querer agarrar bien la Cruz, tomó debajo la de Simón, comprendió en un instante lo que a nosotros tanto nos cuesta: Que es Cristo quien lleva su Cruz y gran parte de la nuestra.
Río Ceballos, Córdoba y nuestro país se vio afectado por el agua ¡Cuántos han cargado con la cruz de Cristo! ¡Cuántos han cargado con la cruz de sus hermanos! Tantos jóvenes voluntarios, tantos hombres y mujeres que han aportado con lo suyo para ir en ayuda de los que han sido maltratados como Cristo…, jóvenes, sacerdotes, tantas dueñas de casa, tantos obreros… y así, un número incontable de vecinos y de afuera, como el Cirineo, que han cargado con la cruz de otros.
El Cireneo de los tiempos de Jesús se llamaba Simón, los nuevos Cireneos para nuestras sierras son tantos hermanos de Córdoba, Carlos Paz, Obispo Trejo, Cosquín, y muchos lugares más, que han enviado ayuda y han estado en medio nuestro colaborando.
Sólo con el corazón abierto al amor divino, nos impulsamos a buscar la felicidad de los demás en tantos gestos: una lágrima secada en familia, un abrazo de aliento, la gratuidad sincera, el compromiso por el bien común, el compartir el pan y el trabajo, sin evasivas y sin cansarnos nunca de optar por la fraternidad.
Jesús es despojado de sus vestiduras
Nuestras sierras, nuestra ciudad se convirtió en un escenario de dolor despojado de su paisaje, de sus bienes, de sus espacios de encuentro, de los recursos turísticos, las lluvias fueron tremendas…..
Tanto pedir en otros meses “queremos agua”… la tenemos.
El cielo y la tierra, el clima y los cerros, respondieron antes que los municipios y la provincia concluyeran “su solución hidráulica”. Y, junto con las imágenes de esta catástrofe, aún están latentes las imágenes de la agonía seca que padecimos, sequía con desbastadores incendios que también despojaron paisajes, naturaleza y vida.
Nuestra naturaleza desvestida.
La convivencia con el agua, con el ambiente, es cada vez más compleja, la intervención del hombre sobre ella, el mal uso de los recursos, la falta de políticas ambientales, la ausencia de previsión, deforestación, negocios inmobiliario, explosión demográfica. Son algunos de los factores que nos llevan a la necesidad de repensar esta relación, por escasez o por abundancia, por fuego o por inundaciones nos debemos un debate entre la clase dirigente y toda la sociedad.
Desde Jesús, el hombre sigue siendo despojado de sus recursos naturales por lo tanto de sus derechos más sagrados e inviolables: el de la vida, la paz, la salud. Este abuso alcanza tantas avaricias y cegueras que va destruyendo a pasos agigantados el medio ambiente.
Nos dice el Papa Francisco “…Hay que reafirmar que la creación no es una propiedad de la que podemos disponer como nos plazca y mucho menos es propiedad sólo de unos pocos. La creación es un don maravilloso que Dios nos dio, para que la cuidemos y usemos para el beneficio de todos, con respeto. Los animo a comprometernos para que la creación siga siendo un patrimonio de todos para entregarlo en toda su belleza a las generaciones futuras”.
Ahora nos toca no sólo pensar sino actuar, de ponernos de frente al desafío que tenemos adelante, de reencontrarnos con nuestro río y disfrutarlo desde lo que nos regala, vida, encuentro y paisaje.
Juan Martinessi
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